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Cambiando armas por votos

Una de las peculiaridades de la historia colombiana desde la independencia es la persistente coexistencia de instituciones democráticas estables y manifestaciones violentas constantes. En efecto las interrupciones autocráticas de los últimos doscientos años en Colombia han sido pocas y cortas, y en cambio el país ha experimentado un portafolio amplio de instituciones electorales y políticas siempre dentro del espectro democrático y sin ceder paso a las presiones militaristas con la frecuencia con lo que lo han hecho la mayoría de sus vecinos[1]. El gráfico 1 por ejemplo, muestra la evolución post-independencia del grado de democracia para varios países de América Latina, medido con el índice de Polity IV. Valores más bajos del índice representan instituciones políticas más autocráticas y valores más altos instituciones más democráticas. Como se ve, Colombia aparece consistentemente con valores más altos que el promedio, en especial durante la segunda mitad del siglo XX, y exhibe además una (relativa) estabilidad en su índice...


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