“¿Usted sabe cuál es el mejor negocio que hay en el mundo? Un buen negocio petrolero. ¿Y usted sabe cuál es el segundo mejor negocio que hay en el mundo? Un mal negocio petrolero.”
El dicho, que pretendía defender la posición de que hay que apostarle al petróleo porque es muy rentable, refleja para mí más bien algo muy distinto
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