El gobierno no tiene un tablero de control transparente sobre el avance de las vacunas. Por fortuna, algunos ciudadanos excepcionales compilan la información y hacen las gráficas amigables del avance, como Silvana Zapata Bedoya, Rafael Unda y Pilar Sáenz.
El resultado no es nada alentador. En cuestión de días, el cuello de botella en Colombia pasó de ser la cantidad de vacunas disponibles (aún muy escasas) a la lentitud en su distribución.
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